Por Julissa Rivera

miércoles, 28 de septiembre de 2011



NO, todo apuntaba que a él no le importaba en lo más minimo la existencia de los demás. Tal vez ni siquiera le interesaba su vida propia.
Él era el frío, el desinteresado, el que no sonreía, el quen no tenía pasatiempo, ni gustos, ni una familia, ni una vida.
Si un autobús le hubiera arroyado, si se cayera de la terraza, si se atragantara con una pieza de pollo, si el muriera...
Si yo muriera, decía, nadie lo notaria siquiera
Hablaba muy poco. Casi nada, podía hasta olvidarse de su propia voz. En una ocasión no habló durante dos semanas hasta que el cajera del supermercado le dijo ¿Encontró todo lo que buscaba? y el dijo
El era el serio, el que no le gustaba el ruido, el metódico, el que es aburrido, el no cuenta chistes ni se ríe de ellos, el era Frank.

Amar tanto que no importe su estáis desnudos o si sois frágiles. Amarse tanto que ya no importe si está oscuro o si hace frío.
Amarse tanto que nada importe más que vosotros dos.

Amor de verdad

Amor de verdad, la patraña esa que nos vendieron las películas y que tu creíste que era verdad. Que me dijiste "Sé que es verdad, porque te amo, es lo que siento". Traté de seguirte la corriente, en verdad quería creer que el amor dura para siempre, así como tu lo dices. Que me querrás toda la vida y que nada más te importa y que tu sabes que a mi no me importa nada más tampoco. Pues no, no me importa nadie más que tu. Pero lo que yo no sé es cuando nos va a durar esta patraña, la que nos vendió alguna película, y que a ti te gusta llamar amor.